* La guía perfecta para no entender la vida de un expatriado, pero pueden intentarlo...

domingo, 8 de febrero de 2015

¿Por qué desaprovechas tu vida?

No se preocupen. El título del post no es ningún indicio de locura. Al final del mismo lo entenderán todo...

Vuelvo de Frankfurt. Acabo de recoger a dos amigas procedentes de mi querida "Spain-twelve points".

Lola vaticina un fin de semana muy especial. Para celebrar el reencuentro nos comemos un vudú en forma de donut, o viceversa. Nos dirigimos hacia el Este. Unas interminables praderas blancas salpicadas de típicas casitas alemanas iluminan nuestro trayecto a ambos lados de la autopista. El skyline de Frankfurt se difumina a nuestras espaldas...

Llegamos al pueblo. A modo de aperitivo decidimos andar y desandar el paseo de Independencia -la calle principal-. Se pueden imaginar ustedes, mis queridos lectores surrealistas, que el pueblo está engalanado para semejante ocasión;  no son muchos los aventureros no alemanes que deciden perderse voluntariamente por estos lares.

En el calendario de festejos conmemorativos de mi comunidad de vecinos hay programada una cena de bienvenida en mi 1/3 de villa. Y con la expectación pueblo-vecinal reinante, a este españolito perdido, valiente o inconsciente como él solo, no se le ocurre otra cosa que experimentar con cocina molecular.

En fin, manos a la obra. No hay tiempo que perder. Los vecinos, exultantes de alegría por la novedad exótico-mediterráneo-tropical, están convocados a las seis de la tarde y otra cosa no, pero en este país la puntualidad brilla por su presencia. En la cocina, el trabajo en equipo fluye perfectamente -corre, corre que te pillo- entre risas y Gvine-tonics. He aquí el resultado final:

- Solomillo de cerdo relleno de dátiles, pincelado con una crema de castañas y acompañado de patatas y batatas marineras.
- Tarta de chocolate nominativa regalo de la abuelilla.
- Turrón de crema catalana con praline de carquiñoles y caramelo. Turrón de frambuesa con azúcar de flor de violeta. Las creaciones navideñas fueron obra y gracia de Albert Adriá y generosidad de las homenajeadas.
- Caldos de La Rioja Alta.

Seis de la tarde. Llegan los primeros vecinos. Los temas de conversación se empiezan a deshilachar en todas las direcciones y en todos los idiomas que ustedes se puedan imaginar. Esto no hay quién lo modere. Goethe, Shakespeare y Cervantes seguro que se están echando unas buenas risas.

Eso sí, entre deshilachado y deshilachado parece que todos los invitados comen con buena gana. No me lo puedo creer. ¡No ha sobrado nada de cerdo molecular! Alucino. Y eso que la crema de castañas había requerido de un proceso de rejuvenecimiento a base de una técnica láctea milenaria elimina grumos.

¿Cuál habrá sido el secreto del éxito de la cena? ¿El vino? ¿Atar el cerdo? ¿Dejar las patatas navegar en alta mar? ¿cantar por José Luis Perales? ¿Deshilachar? Vaya usted a saber.

Día 1 superado y disfrutado. El agotamiento nos invade y Morfeo nos abre el embozo.

Abro los ojos. El día amanece con un espectacular cielo azul. Murphy está algo irreconocible últimamente. La nieve y el sol irradian alegría. Otra cosa no, pero pasear por el bosque colindante al pueblo con este decorado natural es sencillamente precioso.





Como complemento matutino decidimos llevarnos una petaca mega fantástica forrada con piel por fuera y con Gvine-tonic por dentro. Ya no sabemos si nos caemos por culpa de la nieve o de la petaca. Y no vean las contorsiones cervicales para apurar las últimas gotas. Unas risas.

La típica Thüringen Bratwurst -salchicha tradicional del lugar- y una fría cerveza en una cabaña del bosque cerrarían un fin de semana para el recuerdo. Y como Dora pincha un poquito en esto último, aquí lo dejo plasmado en nuestro querido y surrealista blog.

Ya de regreso a Frankfurt -las praderas blancas se difuminan a nuestras espaldas-, decidimos montarnos un karaoke en el coche. Espero que en las próximas semanas no me llegue a casa una multa con una foto mostrando explícitamente a tres personas cantando con una botella de agua en la mano. Y si llega, pues nada, la enmarcaremos.

¿Saben cuál fue la canción del karaoke? "Pourquoi tu gaches ta vie".

No entiendo ni papa Francisco lo que dice la canción, pero creo que el estribillo viene a decir algo así como:

¿Por qué desaprovechas tu vida?

No tengo la respuesta. Eso sí, no intenten pasar unas tijeras por el control de un aeropuerto...


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