* La guía perfecta para no entender la vida de un expatriado, pero pueden intentarlo...

miércoles, 1 de mayo de 2013

Halbmarathon Frankfurt 2013

Les debía una explicación. Todo el invierno luchando en cuerpo y alma por la Halbmarathon de Frankfurt 2013, y luego voy, y obvio su resultado... ¿Españolito orgulloso?

Por ahí al fondo ando
Domingo 10 de Marzo 2013: Frankfurt amanecía espectacular, frío, pero soleado, qué buenos augurios para la tan esperada premier atlética. Hasta me olvidé por un momento de la ocupa muscular que me acompaña a todos los sitios desde el verano pasado, y volvía a soñar con romper esa barrera psicológica de 1h 25', ¿recuerdan?.

Objetivo: 1h 24' 59". Mira que soy conformista...

Calculen: 21km x 4min/km = 84min (1h 24'),  justo el número deseado. "Sólo" tenía que conseguir mantener la velocidad de crucero de 4min/km.

Soñé despierto durante 10km, a cuyo paso marqué 39' y algunos segundos. Pero a partir de ese kilómetro, cuando todo debía ir a mejor, apareció Murphy, que no me abandona ni con agua caliente, y todo fue a peor. El sufrimiento empezó a hacer mella, y mi cuerpo y mi mente se pusieron a discutir en mitad de la carrera. Yo intenté mediar entre ellos, pero claro, entre negociaciones con uno y con la otra, perdimos el ritmo de 4min/km.

La trifulca no llegó a mayores y, cuando a punto estaba de tirar la toalla, allá por el kilómetro 15, cuerpo y mente se reconciliaron y recuperamos la velocidad de crucero -el poder de convicción del mediador-. Un pelín tarde, los segundos perdidos no se recuperaban ni a lo Usain Bolt.

La llegada a la meta fue un cuadro, más de pena que de gloria, y obviamente en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, pasé de las amplias y elegantes zancadas finales para los fotógrafos, porque en el marcador sólo veía un número:

Resultado: 1h 27' 45". Desilusión

Lola me está desvelando lo que están ustedes pensando en este mismo momento y les doy la razón. No es mal tiempo y lo importante es poder terminarla. Pues sí, y más aún, cuando hace unos meses a punto estuve de clausurar indefinidamente mi ruta de la 'Halbmarathon'. Pero no, he decidido que la ocupa muscular será mi compañera de viaje 'forever', y que la voy a cuidar y a ignorar a partes iguales.

La alegría de vivir un ambiente tan sano y alegre como el que se respira en cada carrera, entre tantas personas de tantos lugares distintos, es impagable, así que un segundo arriba o un segundo abajo, o un minuto más o un minuto menos, no puede alterar mi motivación.

¿Y saben qué es lo que definitivamente me animó a recuperar mi idilio con las media-maratones? Lo acontecido en la última maratón de Bostón. Sentí una pena tremenda aquella mañana al leer la noticia. ¡Tanta gente afectada por la locura incontrolada de unos descerebrados! ¿Por qué?

El mismo día de la tragedia de Bostón salí a correr. 

Mi cuerpo estaba invadido por una solidaridad infinita con las víctimas, y con todos esos corredores del mundo que como uno 'selbst' disfrutan del simple hecho de poder salir a correr, respirar aire fresco, ver el sol, las nubes, o la oscuridad de la noche; oler el bosque, el río, o la cena que se filtra por las ventanas de los edificios; imaginar los verdes de los árboles, o los marrones de la tierra; ver las huellas de los coches plasmadas en la nieve; cruzarte con otros corredores o ciclistas y afirmar con la cabeza en señal de saludo...

En definitiva: ¡Sentir!


Verde que te quiero verde.
Pura vida
Ya ven, ni marcas, ni nada. La Halbmarathon de Frankfurt 2013 me ha dado un toque de atención y, aunque suene a perogrullada y muchas veces lo olvidemos, me ha recordado que hay cosas mucho más importantes en la vida por las que preocuparse.

Y esto mismo lo escribo justo hoy, un 1 de Mayo, día del trabajador, sabiendo que en España más de seis millones de personas están desgraciadamente sin trabajo.

Animo a la gente a salir y buscar, a formarse y no conformarse, a luchar y emprender... A la casa de cada uno, no va a venir nadie a regalarnos nada. Y perdonen mi filosofada final, pero bajo mi daltónico e inexacto punto de vista:

El mundo es demasiado grande y la vida demasiado corta, como para quedarse esperando.

Próximo objetivo: Munich 2013


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